Cuentan algunas personas que hace tiempo existió en el Barretal un panadero que recorría todo el pueblo vendiendo su delicioso pan desde el mediodía hasta entrada la tarde, era un hombre que le gustaba mucho su oficio y al salir a realizar su venta siempre gritaba como "pregonero" para que la gente escuchara y saliera de sus casas a comprar su rica mercancía.
Dicen que un día hacía un calor que sobrepasaba los 40º grados centígrados y el panadero salió como todos los días a ofrecer su producto a las gentes del pueblo, no había avanzado mucho cuando pasa cerca de un grupo de ejidatarios que charlaban bajo la sombra de un árbol para protegerse de los inclementes rayos del sol.
El panadero como todos los días empezó sus gritos para anunciar su mercancía:
-Traigo el rico pan!!
-Traigo donas, conchas, chilindrinas, ojos de pancha... Y también traigo "tostados"!!
-Los talones!! -Gritó una persona del grupo de ejidatarios-
El resto rieron a carcajadas por el chascarrillo del compañero, mientras que el panadero se alejó "rumiando" su coraje por el "chiste" el cual no fué de su completo agrado.