La imagen representa los tiempos del "desmonte", los primeros cultivos como el sorgo y las primeras huertas de naranjos, al fondo se puede apreciar el "casco" de lo que sería el edificio de la antigua hacienda porfiriana.
Bajo un cielo azul y los rayos inclementes del sol, el campesino sigue arando la tierra, su esperanza no muere, el tiene el firme propósito de hacer producir esa tierra que a costa de sacrificio, sudor y sangre sus ancestros le han heredado.
Quizá en su mente a cada paso que avanza en esa árida tierra va repitiendo el lema de Emiliano Zapata "El atila del sur":
"La tierra y su producto para quienes la trabajan".